Macarena Urenda, Presidenta de la Comisión de Educación de la Municipalidad de la Ciudad Jardín y Concejala de la comuna, afirma que el Liceo Industrial de Miraflores y el Liceo de Viña del Mar difícilmente alcanzarán a recuperar sus clases luego de más de 3 meses en paro.

Ya han transcurrido más de 3 meses desde que los estudiantes pusieron en la palestra pública el tema de las mejoras en educación. Según Macarena Urenda, Presidenta de la Comisión de Educación de la Municipalidad de Viña del Mar y Concejala de la comuna, “el paro estuvo bien como una medida de presión y porque se logró poner el tema en el centro del debate. Sin embargo, pasado largo tiempo e iniciadas las conversaciones con el gobierno, creo que los paros no contribuyen y es una medida que por haberse utilizado tanto ya está perdiendo fuerza”.

El gobierno planteó que la fecha límite para el cierre del primer semestre es el 7 de octubre, pero el movimiento estudiantil acusa al Ejecutivo de presionarlos con ese tema. La edil piensa que “más que una presión es una realidad que se impone, y es cosa de mirar el calendario. Esto afecta a los estudiantes de una forma muy dramática ya que son tres meses sin clases y eso es muy difícil de recuperar, sobre todo si se considera que el 76% de los colegios en toma están bajo el promedio nacional en los resultados del SIMCE”.

Para el caso de los colegios de Viña del Mar, la experta en educación sostiene que “en la ciudad hay dos establecimientos en toma, el Liceo Viña del Mar y el Liceo Industrial de Miraflores. A estas alturas es bastante complicado poder pensar en que van a poder recuperar el año escolar”.

La especialista añade que le parece “incomprensible la actitud de los líderes estudiantiles de pretender que se suspenda la tramitación de los proyectos de ley enviado al congreso en materia de educación. Estos proyectos pretenden por una parte dar facilidades a los deudores morosos del sistema (sentida aspiración de miles de chilenos), y por otra disminuir el interés del crédito con aval del estado”.

“Esto último es un logro que se debe atribuir, entre otros, a la lucha que han dado los propios estudiantes. Están consiguiendo un sueño para miles de familias, que es igualar la cancha en el sentido de dar las mismas condiciones de pago a todos los estudiantes de la educación superior y dejando al fin de privilegiar a las universidades del Consejo de Rectores, como había sido la tónica hasta ahora”, afirma.