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Cómo enfrentar el estrés y la ansiedad que causa la PSU

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Este lunes 1 y martes 2 de diciembre poco más de 200 mil alumnos de todo el país que actualmente cursan cuarto año de enseñanza media, y unos 75 mil jóvenes pertenecientes a promociones de años anteriores, rendirán la Prueba de Selección Universitaria, o PSU, con el propósito de acceder a la educación superior.

La mayoría de ellos, de seguro, ya experimenta una fuerte tensión física y mental, dada las expectativas personales y familiares involucradas, y que pondrán en juego al momento de rendir dicho examen. Pues, más allá de su real significado y trascendencia, como instancia destinada a definir el futuro profesional y laboral, lo cierto es que esta prueba genera un alto nivel de estrés, situación que en algunos casos puede desencadenar cuadros severos de ansiedad, fatiga y bloqueo mental que, de no ser adecuada y oportunamente controlados, pueden afectar el desempeño de los postulantes en la misma.

Esas anomalías no están relacionadas solo con la preparación, sino también con el resultado. De hecho, la pregunta más recurrente y que literalmente quita el sueño a cientos de alumnos por esta fecha es: ¿obtendré el puntaje que necesito para estudiar la carrera que quiero?

El ritual de la espera

Hasta los jóvenes más estudiosos y disciplinados corren el riesgo de sucumbir frente a la incertidumbre que despierta esa interrogante, ya que al particular nerviosismo que esta genera se suma el hecho de quedar expuestos a una realidad desconocida, que no han vivido antes, y de paso tener que lidiar con las pretensiones propias y las de sus padres, familiares y/o amigos.

“Lo primero que se debe hacer para disminuir el estrés que genera la PSU es entender que la mente y el cuerpo están reaccionando de una forma natural ante un episodio inédito, que yo denomino ‘el ritual de esperar el turno’, y que deriva de las sensaciones múltiples que genera el llegar a un lugar que probablemente se visita por primera vez, sentarse junto a un desconocido, pasar el carné, abrir y responder los facsímiles, etc. Es decir, estar y respirar en una atmósfera nueva y enrarecida, más que lidiar con el contenido mismo del examen o las preguntas a responder”, explica el magíster en Psicología Cognitiva y profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, Alejandro Fernández.

Si bien la evidencia clínica releva que los alumnos con buenas notas en la escuela, que han obtenido puntajes altos en los ejercicios previos, que han estudiado a conciencia las materias y se han preparado sistemáticamente, durante todo el año, tienden a presentan niveles más bajos de ansiedad respecto de quienes no lo han hecho, el especialista advierte que eso no elimina el riesgo de sufrir estrés.

“Saber más ayuda, pero eso no siempre es así, porque hay personas ansiosas per sé. Sobre todo en una sociedad como la nuestra, que es cada vez más competitiva. De hecho, los trastornos de pánico y las conductas depresivas -ambos casos extremos de estrés y ansiedad- han aumentado significativamente en la última década, en especial entre los adolescentes, pues desde los 14 años se ven presionados para conseguir logros importantes, con el fin de estudiar una profesión que asegure su futuro”, afirma el psicólogo de la UV.

Cómo relajarse

Una manera eficaz de lidiar con el estrés o la ansiedad es adoptar acciones que fomenten el relajo y la distracción. Sobre todo en las horas previas a la rendición de la PSU. En otras palabras, la relajación debe ser entendida como un tiempo provechoso, ya que toda actividad intelectual implica un desgaste. Por ejemplo, reunirse con amigos o familiares para pasar un buen rato, realizar algún tipo de actividad física o simplemente descansar y dormir. En ningún caso se debe recurrir a pastillas para dormir, ya que es fácil sobre-medicarse.

“En otras palabras, hay que tratar de despejar la mente, en especial en las horas previas. Pero ello debe ir de la mano con otros dos ejercicios. El primero, ser realista, lo que implica enfocarse en la obtención de un puntaje de acuerdo al esfuerzo realizado, a esperar de acuerdo a mis posibilidades; y, segundo, ser optimista, o si se quiere desechar pensamientos negativos. Todo ello nos centra y estimula el relajo”, asegura Alejandro Fernández.

A aquellos alumnos que no sean capaces de despegarse de los cuadernos, libros y ensayos, el psicólogo recomienda tratar de hacer repasos mentales de la materia que uno maneja, más que seguir respondiendo ejercicios.

Qué comer o tomar

Algunos investigadores han estudiado la relación de los alimentos con el control del estrés, ante situaciones como la rendición de la PSU.

En el listado de productos que deberían restringirse o evitarse en las horas previas figuran el té, café y bebidas energéticas, que se caracterizan por contener neuro-estimulantes. Lo mismo ocurre con la comida chatarra, los pescados y mariscos crudos, ya que pueden generar alteraciones gastrointestinales. Lo ideal es consumir alimentos que contengan carbohidratos complejos los cuales se digieren con más lentitud y aumentan los niveles de serotonina, lo que conduce a la relajación y a la calma, y puede ayudar a aliviar los sentimientos de ansiedad. Dichos carbohidratos se encuentran en alimentos tales como granos enteros, frutas y verduras, asegura la doctora Jacqueline Concha, académica de la Facultad de Farmacia de la UV.

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