Beate Pedrals, sicóloga del Grupo Punto de Encuentro de la UTFSM, orienta a quienes no obtengan los resultados esperados en el Examen de Admisión a las universidades chilenas.

Después de toda la ansiedad, tensión y emociones que representa la espera de los puntajes de la PSU, viene la importante decisión de qué estudiar y dónde hacerlo. Sin embargo, no todos obtienen los puntajes deseados para la carrera soñada.

En este contexto, la psicóloga del grupo Punto de Encuentro de la Universidad Técnica Federico Santa María explica qué hacer y cómo enfrentar esta circunstancia.

Pedrals afirma que «si se está triste, bajoneado, o decepcionado, no hay de qué extrañarse, es normal. Incluso es importante vivir esas emociones para limpiarse de ellas. Sin embargo, no hay que pensar que se acaba el mundo ni echarse a morir. En la vida va a haber momentos como éste y hay que aprender a enfrentarlos, tomándolos como una oportunidad de aprender sobre la vida. Quizás es el momento de replantear las metas».

La profesional añade que siempre se puede elegir la actitud a tomar frente a una dificultad. En este contexto, propone algunos consejos que pueden ayudar a pasar mejor este momento y seguir viviendo feliz y motivado.

Lo principal es tomar el resultado con tranquilidad “la PSU es solo una prueba y la vida sigue, ahora hay que ver qué se puede hacer y por eso hay que recordar que a muchos otros los que les ha sucedido lo mismo años anteriores, han sobrevivido y ahora viven felices. Esto es sólo un tropiezo, del cual hay que levantarse y seguir caminando aún mejor y más atento. Por ello es importante escuchar a quienes apoyan, ya que ayudarán a reunir nuevas energías, y olvidar a aquellos que critican negativamente. Hay que relajarse, cambiar de ambiente, ir a la playa, salir con los amigos, caminar, escuchar música, y buscar momentos agradables para recuperar fuerzas para el nuevo año”.

Agrega que “una vez que se está un poco más relajado hay que elaborar desde ya un plan de acción. ¿Qué viene ahora?. Primero hay que evaluar porqué el resultado no fue el esperado y definir el problema. ¿Qué pasó?, ¿no me preparé bien?, ¿estudié a último momento?, ¿el tipo de prueba me complicó?, ¿me puse nervioso?, ¿no entendí las preguntas?”.

De este modo, se pueden reevaluar las metas, agrega, plateándose otras, que obedecen a preguntas como “¿Qué quería lograr?, ¿Y qué quiero lograr ahora?. Siempre las metas tienen que ser alcanzables. Una vez que se tengan más o menos claras las variables que influyeron en el resultado, se puede elaborar un plan para superar estos obstáculos y llegar a los objetivos. Por ello hay que analizar las prioridades y responsabilidades, ¿qué es lo más importante para ti el próximo año?”.

Teniendo esto claro se pueden identificar las opciones: “En este caso, se puede estudiar en forma personal para la PSU, ir a un Preuniversitario, estudiar otra carrera, trabajar y prepararse, o aprender técnicas de relajación, entre otras alternativas. El alumno debe analizar su forma de ser y actuar, considerando sus propios valores y creencias y qué acciones son consecuentes con sus decisiones, y considerar las consecuencias de cada una de sus decisiones y cómo éstas afectan a otros”.

Con lo anterior, el postulante ya puede generar su programa de trabajo, y en él debe identificar metas cortas, que pueda alcanzar pronto y que le irán motivando para los pasos siguientes.

Beate Pedrals agrega que «esta experiencia es ahora parte de su vida y el desafío es aprender algo de ella. Puede que ahora no lo vea ni sienta tan claramente, pero todos los sucesos de nuestra existencia son importantes para nuestro crecimiento. La invitación es a pensar que este aprendizaje tomado en forma positiva te permitirá ser más adelante un profesional más íntegro y una mejor persona».